jueves, 11 de agosto de 2016

Cuento de hadas

Creer en cuentos de hadas siempre fue mi mayor motivador, claro hasta que llegó el lobo y dejó caer en pedazos todo mi castillo.

Lo peor de haber creído en el amor de mi vida no fue perderlo a él, sino perderme a mí y al ideal de sueños que comencé a crear una tarde de mayo.

Su dulzura de día se convertía en veneno de noche, su corazón me fue envolviendo entre llamas de fuego. Las caricias eran más bien formas de marcar mi cuerpo en alma para que jamás lo olvidara, y claro que lo consiguió porque desde entonces no podía sacarlo de mi mente ni de mi alma.

 El corazón me pide a gritos su presencia, me pide a gritos sus caricias y sus chistes, mi cerebro y mi razón me piden que continúe que no de pasos en falso, que mire adelante porque el hombre que estoy dejando atrás me ha dejado a mí ya hace bastante tiempo.

Él para mí fue mi pregunta pero jamás tuvo el tiempo para ser mi respuesta, así que ahora vivo con su incógnita día a día.

No tuvo corazón para amarme, fui eso que quiso y después despreció, fui el apoyo y el amargo adiós, fui despecho y fui fortaleza, pero al final del día simplemente FUI.

Sé que en estos momentos yo no estoy ni en su mente ni en su alma, sé que estoy fuera de su vida y es que yo fui su monstruo porque no mentí por él,fui su monstruo por que no fui lo que él quería, fui su destrucción porque no supo qué hacer cuando no quise protegerlo más.

He entendido que lo peor que me ha pasado es haberme enamorado de una persona a la cual no conocí ni conoceré, así que en cuanto él se dé cuenta que era de las pocas que le darán apoyo y de las pocas que lo escucharan, sé que regresará, sé que no será pronto pero cuando lo haga quiero estar lista para decirle adiós, decirle qué fue quien más daño me hizo pero que fue lo que me salvó de la perdición que de por vida me asecharía. Cuando vuelva yo seré libre, mis alas estarán listas para volar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario