jueves, 11 de agosto de 2016

Debo decir que...

Siempre quise decirte de alguna manera que estuve ahí aunque nunca te diste cuenta, a pesar de todos mis intentos por demostrarte mi amor. Todos fueron fallidos, fueron en vano. No te imaginas todas las veces que planeaba lo que te diría o lo que haría si alguna vez te veía, son incontables las veces que rogué un encuentro contigo, aunque fuese por casualidad.

Dicen que la esperanza es lo último que se pierde, y la mía era tanta que hasta el mar se sentía pequeño.

Solía molestarme por no ser tu persona ideal, esa persona a tu medida.

Quizás no fue la manera de conocernos, quizá no fue ni el día, ni la hora, ni el lugar, ni el momento, pero que me encantó conocerte, es cierto.

Debo decir que confío plenamente en la casualidad de habernos conocido. Que nunca intentaré olvidarte y aunque lo hiciera no lo conseguiría… Que no fuiste el amor de mis días, ni de mi momento, pero que te quise y que te quiero aunque estemos destinados a no ser.

Gracias por todas esas veces que te mostraste tal y como eres ante mí, por mostrarme que eres tan humano como el resto, y que estás completamente lleno de amor debajo de esa coraza.

No te culpo por nunca darte cuenta de mi amor, la culpa es de uno cuando no enamora, y no de los pretextos ni del tiempo.

Querido gran amor, ha llegado el momento de seguir adelante, de empezar de cero , de no mirar hacia atrás y seguir con mi vida, sin ti.

Te digo adiós desde el fondo de mi corazón, será difícil y mi mente te extraña desde ya, pero no quiero que me hieras más.

Gracias, por nunca darte cuenta de todo mi amor hacia ti, ahora me doy cuenta de que en definitiva, no eres lo que necesito.

No hay comentarios:

Publicar un comentario