Dicen que somos un conjunto infinito de átomos y células, que somos infinito cielo lleno de constelaciones y estrellas, y ahí entre millones de individuos en el planeta, un día de suerte nos encontramos y nos reconocimos; no creo en las casualidades, pero si en el destino.
Comenzamos una historia llena de maravillosas experiencias, nos entregamos, nos enamoramos, nos restauramos, nos adoramos, nos eclipsamos, piel a piel nos perdimos.
Coincidir contigo fue el más grande regalo que me dió el destino, pero como tantas historias, todo llega a su final. El viento nos llevó por diferentes caminos, nos colocó en otros cielos, poco a poco nuestro ardiente amor se tornó tan frio.
No, nada es coincidencia, nos conocimos porque era debido, nos amamos como nunca antes, nos equivocamos y nos perdimos, pero sé que llegara el momento en que nuevamente nos encontraremos, tal vez pasen muchos años, tal vez sea en otra vida, pero no me cabe duda de que en algún punto, volveremos a revivir este amor tan profundo.
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